Artículo sobre el Atún Rojo en The New York Times
La pesca industrial, tal como se practica hoy en día, es un acto inutil, mezquino y miope
La página web del diario The New York Times ha publicado con cuatro días de anticipación un larguísimo y completo reportaje de nueve páginas que aparecerá en el Magazine dominical del próximo día 27 bajo el título "El fin del atún" (Tuna's End).
El autor, Paul Greenberg, entre otros datos, dice que los dos grandes bancos de atún rojo en el mundo están en máximo peligro. En uno de ellos, el del Golfo de México, sólo quedan unos 9.000 ejemplares, aunque la marea negra desde hace dos meses hace mucho más angustioso e incierto su futuro. Como mucho, según el autor, esos 9.000 ejemplares sólo darían para que toda la población de Nueva York pudiera darse el gustazo de uno o dos bocados de 'otoro' o ventresca, la parte más delicada del atún rojo.
En el otro banco, en el Mediterráneo, históricamente una población mayor que la norteamericana, apenas quedan ya atunes rojos salvajes, pero se mantiene una población en las llamadas "granjas" donde se cultivan para su captura y venta posterior a países como Japón, sobre todo, que consume el 80 por ciento del total de capturas en todo el mundo. El artículo dedica atención especial a los cultivos de pescado en piscifactorías en medio del mar y a la excesiva explotación de la pesca en todos los océanos. "El consumo global de pescado ha aumentado constantemente, hasta el punto de que ahora extraemos del mar más pescado y marisco salvaje al año que el peseo de toda la población humana de China", afirma Greenberg.
"Tal vez la gente nunca se llegan a sentir sobre un atún de la misma forma en que ha llegado a sentir sobre las ballenas . Las ballenas son, después de todo, mamíferos: tienen cerebros grandes, amamantan a sus crías y se reproducen lentamente. Todo eso las envuelve en una empática especial, calidez que, incluso el atún de sangre más caliente, nunca podrá ocupar. Pero lo que quizá pueda cambiar el sentimiento, visceralmente, es que la pesca industrial contra el atún rojo, tal como se practica hoy en día, y de hecho contra todos los grandes peces del mundo, tigres y leones muy de nuestra era, es un acto indigno de nuestra capacidad de sentir. Un acto tan inútil, mezquino y miope como el lanzamiento de un arpón en el flanco de una ballena", concluye su artículo Paul Greenberg.
Gráfico Pesca de Cerco del atún: las flotas de pesca industrial a menudo usan "redes de cerco" equipadas con boyas y pesos. 1 Un bote rápido gira sobre un banco de atún con una línea cuyo otro extremo se une a la nave nodriza . Una vez dentros del círculo, los peces no pueden escapar. 2) Cuando se recoje línea, las cinchas de la red alrededor de los peces se cierran como una cartera a la vieja usanza en torno a un puñado de monedas. Gráfico de Bryan Christie.
Paul Greenberg es un frecuente colaborador del Magazine de The New York Times. El artículo está adaptado de su libro "Four Fish: The Future of the Last Wild Food", que se publicará el próximo mes por Penguin Press.
Imágenes de: Kenji Aoki para New York Times | Original: Tuna's End