Los pescadores artesanales son reconocidos como ejemplos de lo que se llama pesca sostenible
La pesca artesanal atraviesa en España la mejor etapa de su historia
Cuando hablamos de pesca artesanal en los países de la Unión Europea no asociamos esas pesquerías a personas analfabetas, condiciones de pesca precarias y sin medidas de seguridad a bordo, embarcaciones a remo o con pequeños fueraborda, falta de refugios o puertos para proteger embarcaciones y enseres de pesca. No imaginamos familias viviendo de la escasa remuneración de un pescador que forma parte de una barca con tres hombres que, cuando no sale a faenar no tiene paga alguna.
Ya no asociamos la pesca artesanal con la pobreza porque la situación en la Unión Europea es bien distinta y los pescadores artesanales pueden vivir dignamente de su trabajo y son reconocidos como ejemplos de lo que se llama pesca sostenible: faenan sobre tallas adultas con aparejos selectivos y las cantidades extraídas son razonables para mantener las poblaciones y tener una compensación económica suficiente.
En muchos casos hay pesquerías artesanales que cuentan con el reconocimiento a la singularidad de su producto, concediéndoles las distintas administraciones etiquetas distintivas y de calidad (marcas como Calidad certificada en Andalucía; gamba de Palamós en Cataluña, por ejemplo) lo que añade al reconocimiento de la calidad del producto un reconocimiento administrativo y popular de buen hacer, de trabajar para la sostenibilidad de la pesca.
Y esto último significa que se reconoce la capacidad de la pesca artesanal para trabajar asociada; generar riqueza en la zona donde está implantada; generar beneficios que redundan en mejoras sociales para los pescadores y sus familias y lo que es quizá aún más importante, reconocimiento social a la actividad pesquera artesanal e integración de la pesca artesanal en el contexto social en el que desarrollan su actividad, sin menoscabo de otras actividades que se realizan en el litoral, sino en igualdad de condiciones.
Y en este panorama de mejora social y económica de la pesca artesanal no quedan atrás las mujeres de la pesca, y en particular las mariscadoras que, con sus asociaciones y su sentido común aúnan al desarrollo del presente la creación de riqueza para el futuro.
Son muchos los indicadores de que la pesca artesanal en la Unión Europea y en España en particular, atraviesa quizá por la mejor etapa de su historia y ya iba siendo hora. Pero no siempre fue así en Europa ni aún lo es en el caso de la pesca artesanal de los países del Mediterráneo que no son parte de la Unión Europea. Hace no muchos años la FAO puso en marcha a través del proyecto CopeMed un primer programa de trabajo para estudiar en profundidad el sector artesanal en el Mediterráneo Occidental (Marruecos, Argelia, Túnez, Libia, Malta, Italia, Francia y España).
El trabajo finalizó con la creación de una base de datos común que recoge en un inventario la información y datos por país sobre los puertos, embarcaciones, artes y aparejos, especies, estaciones y zonas de pesca. La base de datos creada es sin duda única, pero el trabajo tuvo que darse por finalizado al acabar la primera fase de CopeMed en 2005. Ese trabajo permitió constatar las grandísimas diferencias y similitudes entre la pesca artesanal de los países del norte y sur del Mediterráneo y la pobreza que caracteriza a la gran mayoría de familias y pescadores artesanales de los países norteafricanos. Permitió también sacar algunas conclusiones como la necesidad de apoyar la organización para fortalecer y sacar este sector de la pobreza y marginalidad en que se encuentra.
Se crea así el proyecto ArtFiMed de la FAO que se inicia en marzo de 2008 y finalizará en 2011. El objetivo principal de ArtFiMed es contribuir a reducir la pobreza de las comunidades de pesca artesanal seleccionadas (Dikky, pescadores de líneas y palangre en la parte marroquí del Estrecho de Gibraltar; Ghannouch, pescadores de enmalle principalmente y Akarit, mujeres mariscadoras, ambos en el Golfo de Gabés en Túnez), mejorando sus medios de vida, respetando los ecosistemas que explotan, reduciendo la pesca ilegal y contribuyendo a la integración de esas comunidades en los procesos de gestión pesquera y en el desarrollo integral de la zona costera.
Desde el inicio de ArtFiMed y CopeMed II hemos realizados el diagnóstico de la situación socio-económica, pesquera y comercial de las comunidades de pescadores artesanales y de sus familias y debo decir que de los resultados se deduce que hay aún mucho trabajo por hacer para que estos grupos de pescadores artesanales de la UE: Analfabetismo o niveles primarios en la formación de los padres y escolarización limitada de los hijos aun muy extendidos; falta de organización profesional o la que hay es inoperante o controlada por los elementos dominantes de la comunidad; dependencia económica de los comercializadores que controlan prácticamente todo el sistema económico de los pescadores; alternativas escasas a la pesca; perdidas de aparejos y embarcaciones sin ningún tipo de compensación o seguro; falta de infraestructuras básicas para la pesca (muelles, cámaras frigoríficas; estaciones de carburantes), etc.
Hay que resaltar que estos grupos de pescadores y mariscadoras de Marruecos y Túnez atesoran un gran conocimiento de la pesca y de la explotación de especies con alto valor comercial y están convencidos de que su trabajo tiene futuro; que la edad de estos grupos de pesca artesanal comprende numerosos jóvenes, aunque a veces sin formación previa en la pesca y que las administraciones de esos dos países, Marruecos y Túnez, están involucradas en la mejora de la pesca artesanal, apoyando la alfabetización y la formación, mejorando infraestructuras o construyendo algunas básicas y cuentan con profesionales con una alta formación en los aspectos biológicos y socioeconómicos de la pesca, lo que debe ser motivo de esperanza para el futuro de este sector.
Sin ninguna duda por mi parte, la cooperación internacional para el desarrollo y la reducción de la pobreza en la pesca artesanal tal como la ha planteado la AECID a la FAO para los países del norte de áfrica a través del proyecto ArtFiMed y de otros proyectos que realizan las Oficinas Técnicas de Cooperación de la Agencia en esos países, tendrá sus resultados a medio plazo. En ese objetivo estamos implicados profesionales de los países y de la FAO y para ello la cooperación con otras agencias financiadoras en los países debe seguir reforzándose, para mejorar los resultados de las inversiones internacionales.
Pero para llevar esa barca a puerto necesitamos mantener el esfuerzo y el apoyo actual a esas poblaciones de pescadores artesanales ( y a sus familias) del Mediterráneo que, aún hoy en los comienzos del siglo XXI, siguen viviendo en la precariedad, la pobreza y el analfabetismo. Junto al mar, a escasos kilómetros de nuestras costas; compartiendo el mismo mar Mediterráneo, los mismos recursos, pero no los beneficios que debiera producir esa actividad milenaria que es la pesca artesanal.
Autor: Juan A. Camiñas
Director de los proyectos CopeMed II y ArtFiMed de la FAO.
Departamento de Pesca y Acuicultura de la FAO
Leido en Red Iberoamericana de Reservas Marinas