El MARM ofrece ayudas por casi 14 M de euros
Para la paralización temporal voluntaria u obligada desde 1 de agosto al 31 diciembre 2009

Cerrar a la pesca el 30% de los océanos por 20 años permitiría devolver a los mares las riquezas que poseían hace 100 o 200 años.
Más de 75 por ciento de los bancos pesqueros del mundo han sido completamente explotadas o bien van rumbo a agotarse, según viene advirtiendo desde hace unos años la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
El Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino ha establecido las bases reguladoras y la convocatoria de concesión de ayudas a los armadores o propietarios de buques pesqueros españoles dirigidos a la pesquería de fletán negro afectados por la paralización temporal de su actividad en la zona de regulación de la Organización de Pesca del Atlántico Noroccidental (NAFO) y a los armadores o propietarios de los buques de palangre de superficie que capturan pez espada y tiburón en aguas de los océanos Atlántico, índico y Pacífico, a través de una Orden Ministerial de próxima publicación en el Boletín Oficial del Estado.
En el caso del fletán negro (Reinhardtius hippoglossoides), las ayudas contempladas en esta Orden Ministerial se dirigen a los armadores o propietarios de buques afectados por la paralización temporal voluntaria de su actividad que será cofinanciada por el Estado y la Unión Europea y cuya gestión se llevará a cabo por la Administración General del Estado.
Estas ayudas se otorgarán por un periodo máximo de paralización temporal voluntaria entre el 1 de agosto de 2008 y el 31 de diciembre de 2009, ambos inclusive. Las paradas podrán realizarse en dos periodos de al menos 90 días cada uno de forma continuada.
El MARM ha decidido conceder estas ayudas para incentivar la reducción del esfuerzo pesquero, en el marco del plan de recuperación del fletán negro adoptado por la Unión Europea y la Organización Regional de la Pesca del Atlántico Noroccidental.
La cantidad total calculada para hacer frente a la financiación de estas ayudas es de 9.000.000 millones de euros. De esta cantidad, el MARM transferirá 4.500.000 euros con cargo a los presupuestos generales del Estado de 2010 con el objetivo de pagar las ayudas a los buques que terminarán la parada en el último trimestre de 2009.
En el caso de los buques palangreros de superficie que capturan pez espada y tiburón, la Orden Ministerial se dirige a los buques afectados por la paralización temporal de su actividad pesquera adoptada en base al reglamento comunitario y las recomendaciones de las Organizaciones Regionales de Pesca: Comisión Internacional de Conservación del Atún Atlántico (ICCAT), Comisión de Túnidos del Océano índico (CTOI), Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT) y la Comisión de Pesquerías del Pacífico Centro-Oeste (CPPCO).

Las ayudas contempladas en la Orden Ministerial, en régimen de concurrencia competitiva, se otorgarán por la parada obligatoria realizada durante el periodo comprendido entre el 1 de agosto de 2008 y el 31 de diciembre de 2009, ambos inclusive.
La cantidad total calculada para hacer frente a la financiación de estas ayudas es de 4.764.357 euros.
De esta cantidad. el MARM transferirá 1.588.119 euros con cargo a los presupuestos generales del Estado de 2010 para hacer frente a los pagos de los buques que terminen la parada en el último trimestre de 2009.
La aportación comunitaria se hará con cargo al Fondo Europeo de la Pesca (FEP).
En el caso de la pesca con palangre de tiburón y pez espada en los oceános Atlántico, índico y Pacífico la parada es obligatoria mientras que la detención en la captura del fletán negro en el Atlántico Noroccidental es voluntaria.
Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino
Consideraciones sobre la sobreexplotación de la pesca:

Ya en el año 2007 economistas australianos recomendaron en un informe publicado en la revista científica Science que capturar menos peces y hacer más dinero puede ser la solución para la crisis mundial causada por la sobrepesca.
Reducir las capturas en el corto plazo generará, a posteriori, grandes ganancias a los pescadores. Y ese potencial puede terminar persuadiendo a las intransigentes compañías pesqueras de practicar la contención, aseguraron entoncces.
"Mayores existencias significan mayores sumas de dinero", dijo el coautor del estudio, Quentin Grafton, director de investigaciones en la Escuela Crawford de Economía y Gobierno en la Universidad Nacional Australiana.
"Nuestra investigación demuestra que se logran mayores ganancias cuando se permite un aumento en la población ictícola más allá de los niveles tradicionalmente considerados óptimos", declaró Grafton.
La pesca mundial total se encuentra estancada desde hace décadas a pesar de las avanzadas tecnologías para detectar los caladeros, incluso con sonares y radares desde aviones y satélites, así como para atrapar los cardúmenes.

En realidad, cuando los peces son más abundantes y, por lo tanto, más fáciles de capturar, los pescadores no deben gastar tanto en insumos como el combustible para llenar sus redes, lo que resulta en mayores ganancias.
Los investigadores pusieron a prueba su teoría en cuatro reservas diferentes, trazando curvas que comparaban ganancias con biomasa pesquera.
En todos los casos, dejar que se reconstruyera la población de peces resultaba una estrategia mucho mejor que continuar pescando hasta que quedaran pocos ejemplares.
A primeros de este mes de mayo de 2009, Callum Roberts, profesor de Conservación Marina de la Universidad de York, declaró haber revisado más de 100 artículos científicos para llegar a la conclusión de que un tercio de los océanos del mundo deberían cerrarse a la pesca de inmediato. Una medida de este tipo podría darle la oportunidad de recuperar su número a muchas especies que actualmente están en franco peligro de desaparición. Según el científico, destinar un tercio de los océanos a una especie de “reserva ecológica marina” podría –en 10 o 20 años- lograr que su estado vuelva al que se encontraba hace 100 o 200 años, antes que se inventase la pesca industrial de arrastre.

Los estudios demuestran que no se puede seguir pescando de la misma forma y en la misma cantidad que lo hacemos hoy. Varias organizaciones, entre ellas Friends of the Earth (Amigos de la Tierra), Marine Conservation Society (Sociedad para la Conservación Marina) y la Royal Society, coinciden en que “del 20% al 40% de los mares deberían cerrarse a la pesca para protegerlos”. Roberts agrega que “en 20 años, podríamos llegar a un nuevo punto de equilibrio en el que una gran cantidad de especies hoy casi desaparecidas se encuentren otra vez en un estado mucho más productivo”.

Un argumento que se esgrime con frecuencia, sobre todo por parte de algunos representantes de la industria pesquera, es que el mundo necesita esos millones de toneladas anuales de peces que sus redes capturan. Sin embargo, el argumento es bastante débil, ya que dentro de 10, 20 o 50 años la demanda va a seguir existiendo –incluso incrementada al mismo ritmo que crece la población mundial- pero ya no va a existir nada que pescar. Lo lógico parece ser disminuir el ritmo de depredación para que el recurso se recupere y siga estando disponible para las generaciones venideras. Algunos gobiernos parecen no entender esta situación, y permiten –ya sea a sabiendas de lo que ocurre o por no controlar debidamente sus costas- que se efectúen verdaderas masacres.
En el caso de los tiburones, que durante millones de años fueron los depredadores más famosos de los mares, hoy tienen dificultades para sobrevivir. La pesca intensiva, la práctica del aleteo, la captura incidental y la contaminación del mar han acabado con el 90 por ciento de su población. Si bien tienen “mala prensa”, ya que cada año cobran la vida de entre 13 y 20 seres humanos, según los reportes del Archivo Internacional de Ataques de Tiburón (ISAF, por sus siglas en inglés), con sede en el Museo de Historia Natural de Florida, desde la perspectiva del tiburón las cosas son muy diferentes. La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) calcula que cada año se pescan 100 millones de tiburones en todo el mundo, la mayoría de ellos son crías jóvenes, lo que en los mercados se vende como cazón. Ransom Myers, investigador de la Universidad de Halifax, asegura que el tiburón también está desapareciendo culpa de la contaminación. “En el Golfo de México ha decrecido la población de tiburones desde 1950, debido a la creciente contaminación de la parte norte, donde desemboca el Río Mississippi cargado con muchos químicos usados en la agricultura, así como la contaminación de la parte sur, derivada de la extracción de hidrocarburos”.

La clave para que los pescadores accedan a pescar menos es una garantía de derechos de captura a largo plazo, para que puedan beneficiarse personalmente de las mayores reservas pesqueras futuras.
"Eso significa mayores ganancias y más peces en el mar", esta es la conclusión.
Enlaces: neoteo.com Oceanográfos sin fronteras Mission 2011 (MIT subject 12.000) Pew Environment Group
Crédito imágenes: Olga Lamas Murúa | Science Times | Massachusetts Institute of Technology