Se levantan, se hinchan o encrespan, pero nunca se rompen realmente
Las olas oceánicas están, por definición, en un estado constante de movimiento. Se hinchan, se elevan, se agitan y se rompen, y luego se convierten en otro pulso de agua.
Para un fotógrafo, la captura de este proceso requiere un tiempo impecable - un sentido para ese momento cuando una ola se elevará, o se estrellará, o formará un barril perfecto - de modo que la imagen se congela en el tiempo, pero también capta la esencia del movimiento.