Adivinanzas del Mar

Ni de día, ni de noche
puede mi vela alumbrar,
pero cuando sopla el viento
muy bien suelo navegar.
(El velero)

En un puerto hay tres barcos,
uno es un crucero,
otro un trasatlántico
y el otro ya te lo he dicho.
(El yate)

Olas me llevan, 
olas me traen,
pero las velas 
nunca se me caen.
(El velero)

Que lo busquen en el mar,
porque en la tierra
por más que aren, que aren,
que en la tierra no lo encuentran.
(El arenque)

Iba una vaca de lado,
luego resultó pescado.
(El bacalao)

Del mar a la tierra 
y de la tierra al mar
ella va y viene
y cuanto más rota está 
menos agujeros tiene.
(La red)

En el mar es donde vivo,
plateado es mi color,
cruzo veloz como el rayo,
adivina quien soy yo.
(La sardina)

Sin estrujarte el testuz
y rápido cual centella,
¿sabrás decirme qué estrella
nunca jamás tiene luz?
(La estrella de mar)

Cinco brazos, no te miento,
habita siempre en el mar,
aunque la puedes hallar
de noche en el firmamento.
(La estrella de mar)

Sobre la vaca, la «o»,
a que no lo aciertas, no.
(El bacalao)

Es la reina de los mares,
su dentadura es muy buena,
y por no ir nunca vacía,
siempre dicen que va llena.
(La ballena)

Dos pinzas tengo,
hacia atrás camino,
de mar o de río
en el agua vivo.
(El cangrejo)

Adivina quien yo soy:
al ir parece que vengo,
y al venir, es que me voy.
(El cangrejo)

El padre en el mar 
y el hijo a rezar.
(El pulpo y el púlpito)

Si dejas atrás la playa
ella te mantiene a raya.
(La raya)

Uso aguja sin coser,
corto sin tijeras,
y ando sin pié.
(El barco)

No lo parezco y soy pez,
y mi forma la refleja 
una pieza de ajedrez.
Aquí iría una imagen

Con su risa mañanera
toda la playa alborota,
pescadora y marinera.
(La gaviota)

Tengo tinta, tengo plumas
y brazos tengo, además,
pero no puedo escribir,
porque no aprendí jamás.
(El calamar)

En una cala del mar,
aunque con muy mala pinta,
dispuesto para pintar
utilizando su tinta.
(El calamar)

¿Qué bicho dirás que es,
que es algo y nada a la vez?
(El pez)

Soy chiquitito,
puedo nadar,
vivo en los ríos
y en alta mar.
(El pez)

El cielo y la tierra
se van a juntar;
la ola y la nube
se van a enredar.
Vayas donde vayas
siempre lo verás,
por mucho que andes
nunca llegarás.
(El horizonte)

Soy el que jamás descansa
y va y viene sin cesar.
Nunca me puedo secar.
Jamás te aburre mi danza.
En presencia o añoranza
tu siempre me vas a amar.
(El mar)

En mí se mueren los ríos,
y por mí los barcos van,
muy breve es el nombre mío,
tres letras tiene, no más.
(El mar)

Soy pequeño y alargado,
en dos conchas colocado,
como no puedo nadar,
me pego a las rocas del mar.
(El mejillón)

En dos castañuelas voy encerrado
y al sacarme del mar me pongo colorado
(El mejillón)

Haciendo ruido ya vienen, 
haciendo ruido se van; 
y, cuando mañana vuelvan, 
de igual manera se irán.
(Las olas)

No pienses en otras cosas, 
que las tienes en el mar, 
o las ves llegar furiosas, 
o las ves mansas llegar. 
(Las olas)

Llegamos sin cesar, una tras otra, 
desde el mar a la playa a descansar. 
A veces, sin embargo, más furiosas, 
los barcos podemos destrozar.
(Las olas)