Cuba es una rareza ecológica en América Latina y el Caribe
Si bien los Estados Unidos y Cuba han operado durante décadas en esferas económicas en gran parte distantes, solo están separadas por 150 kilómetros (90 millas). El 2 de diciembre de 2018, el Espectrorradiómetro de Imágenes de Resolución Moderada (MODIS) en el satélite Terra de la NASA capturó esta imagen de los estrechos y acuosos límites que separan a Estados Unidos, Cuba y las Bahamas.
Desde el espacio, las aguas profundas del estrecho de Florida aparecen de color azul oscuro en comparación con las poco profundas aguas turquesa que cubren el Banco Cay Sal y los Bancos de Bahamas. Ambas plataformas formadas como minerales de carbonato, producidos por ciertos tipos de bacterias y organismos marinos, se depositaron en el fondo del océano durante millones de años.
Los ecosistemas no desarrollados (bosques y humedales) cubren el 53 por ciento de Cuba, según un análisis de recientes imágenes de Landsat. Alrededor del 40 por ciento de la superficie terrestre de la isla se utiliza para la agricultura. Los principales cultivos incluyen yuca, tabaco, toronja y azúcar. Los embalses cubren alrededor del 1 por ciento de la superficie terrestre de la isla, y las ciudades cubren menos del 1 por ciento.
A pesar del mosaico de tierras de cultivo y pastizales, Cuba es conocida por tener extensiones relativamente grandes de bosques de manglares y arrecifes de coral, playas y marismas de pastos marinos inalteradas.
"Cuba es una rareza ecológica en América Latina y el Caribe", dijo la científica de teledetección de la Universidad de Vermont, Gillian Galford, en un informe de 2018.`"Su compleja historia política y económica muestra disturbios limitados, extinciones, contaminación y agotamiento de recursos".