El Peñón de Ifach es una mole calcárea que alcanza los 332 metros de altura
La sorprendente costa de Alicante es muy variable, desde las largas playas de la zona de la Vega Baja, a los abruptos acantilados del norte de la provincia. La Marina Alta cuenta con diversas joyas que bien merecen una visita, y una de ellas es la localidad de Calpe. En ella se concentra la esencia de una villa marinera, que ha vivido tradicionalmente del mar y que supo transformarse hacia el turismo. De hecho, es una de las ciudades de la provincia que más llaman la atención.
El Peñón de Ifach
Este imponente macizo calcáreo llama la atención desde bastantes kilómetros de distancia. Se trata de una mole calcárea que alcanza los 332 metros de altura y que cae en picado hacia el mar. Goza del privilegio de una especial protección, debido a la riqueza de su fauna y flora. Hacer una ruta al Peñón de Ifach es una experiencia apta para todos los públicos. La recompensa es increíble, disfrutar de unas privilegiadas vistas que permiten alcanzar gran parte de la comarca si nos orientamos hacia el oeste, y la inmensidad del Mar Mediterráneo si miramos hacia el este. Este recorrido es uno de los favoritos de quienes visitan la comarca, ya que puede hacerse mientras haya luz solar, y la bonanza del clima de la zona, con agradables temperaturas durante todo el año, facilita que cualquier excursión se haga en buenas condiciones.
Los otros tesoros de Calpe
Calpe cuenta además con otros atractivos que la hacen digna de una visita prolongada. Para comenzar, cuenta con un interesante pasado, en el que los pobladores íberos ya dejaron su huella. La invasión romana dejó además vestigios en la población, como una fábrica de salazones y de garum, una delicatessen que era muy apreciada en todo el imperio.
Además, Calpe posee la singularidad de tener unas salinas que han sido explotadas por generaciones de habitantes de esta villa. Por si fuera poco, esta ciudad tiene casi un 50 por ciento de población extranjera, generalmente del norte de Europa. Ello le hace ser una urbe abierta, cosmopolita y dinámica. Si bien cuenta con poco más de 20.000 habitantes censados, nunca le falta vida y en la llegada del verano, muy celebrado por otra parte, la población aumenta considerablemente.
Visitar Calpe no es solo una apuesta por un turismo de playa y descanso, sino aventurarse a conocer un rincón singular en la provincia de Alicante.