Nuevo estudio ofrece una prometedora solución: la integración de la acuicultura y el turismo
En muchas regiones costeras, el turismo y las piscifactorías son sectores vitales que impulsan el crecimiento económico. Sin embargo, a menudo compiten por el espacio, lo que plantea inquietudes sobre cómo equilibrar estos dos sectores sin comprometer el medio ambiente ni los medios de vida locales.
En Oban, en la costa oeste de Escocia, las industrias del turismo y la acuicultura están aprendiendo a coexistir, e incluso a prosperar juntas. Las comunidades costeras pueden enfrentar desafíos económicos debido a la naturaleza estacional del turismo, así como a las opciones laborales a menudo limitadas. Su dependencia de los recursos costeros, cada vez más afectados por los cambios ambientales, puede aumentar las dificultades.
La acuicultura en los países de altos ingresos no siempre ha tenido la mejor reputación. La percepción pública puede ser negativa debido a las preocupaciones sobre el impacto ambiental y el uso de los recursos. Pero cuando se practica de manera sostenible, la acuicultura puede de hecho ayudar a satisfacer las demandas globales de alimentos y contribuir a los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas, un plan para un crecimiento económico equitativo y consciente del medio ambiente.
Un reciente estudio exploró cómo perciben los turistas la acuicultura durante sus vacaciones y si la exposición a las granjas piscícolas influye en su disposición a consumir productos del mar cultivados localmente. Los resultados sugieren que la integración de la acuicultura y el turismo puede aumentar la conciencia sobre los productos del mar sostenibles y crear oportunidades económicas.
La costa de Oban alberga granjas de salmón, cultivo de mariscos, incluidos mejillones y ostras, y nuevas granjas de algas. Todas estas actividades se encuentran en aguas populares para realizar excursiones marinas. Los recorridos atraen a visitantes deseosos de aprender más sobre la vida silvestre y la historia locales, pero la acuicultura suele enfrentar críticas debido a su impacto en el paisaje y los ecosistemas marinos.
Esta tensión no es exclusiva de Oban. En toda Europa, el crecimiento de la acuicultura se ha estancado a pesar de su potencial para mejorar la seguridad alimentaria y la sostenibilidad. Los desafíos regulatorios y los conflictos por el espacio son importantes obstáculos. Esto es especialmente cierto en las comunidades costeras donde la aceptación y el apoyo de la comunidad (conocido como "licencia social para operar") son cruciales.
Pero el nuevo estudio ofrece una prometedora solución: la integración de la acuicultura y el turismo. Al presentar la acuicultura como parte de la experiencia turística, Oban puede educar a los visitantes, fomentar una mayor aceptación de las prácticas agrícolas sostenibles e impulsar la economía local.
Imagen: Turistas en un paseo en barco cerca de Oban, Escocia, visitando una granja de salmón. Jad Abi Younes
Qué piensan los turistas sobre la acuicultura
El estudio encuestó a 200 turistas que realizan excursiones marinas en Oban para conocer su opinión sobre la acuicultura. Las respuestas revelaron tres tipos principales de turistas. Se trataba de personas con múltiples motivaciones (visitantes atraídos por la naturaleza, la socialización y el aprendizaje); "relajantes" (turistas que buscan descanso y relajación, a menudo con poco conocimiento previo de acuicultura); y extrovertidos entusiastas de la naturaleza (viajeros activos que valoran la vida silvestre y la conservación del medio ambiente).
A pesar de sus diferentes motivaciones, la mayoría de los turistas respondieron positivamente al ver granjas de peces durante sus recorridos. El cambio más notable se produjo entre los "relajantes", que estaban más interesados en comer pescados y mariscos cultivados localmente después de aprender sobre prácticas acuícolas sostenibles. Esto demuestra cómo la educación y la experiencia directa pueden cambiar la forma en que se percibe la producción de pescados y mariscos.
Los sitios de acuicultura a menudo se consideran desagradables a la vista [PDF], pero los nuevos hallazgos muestran que cuando se los presenta como parte de la cultura local, en realidad pueden enriquecer la experiencia turística. Los turistas apreciaron aprender sobre la producción sustentable de productos del mar a medida que los barcos se acercaban a las jaulas de redes flotantes y comenzaron a ver la acuicultura como una parte positiva de la comunidad.
Las visitas guiadas marinas podrían incluir paradas en los sitios de acuicultura para que los visitantes puedan ver las operaciones, escuchar a los agricultores e incluso probar los productos. Esto representaría una oportunidad para involucrar a los turistas y fomentar una conexión con la industria, lo que podría generar confianza con el público.
Este tipo de integración ofrece varias ventajas. En primer lugar, puede impulsar el crecimiento económico al atraer turistas interesados en prácticas medioambientales y alimentarias sostenibles. Esto puede crear una nueva fuente de ingresos para los sectores de la acuicultura y el turismo. Por ejemplo, una pequeña granja en la isla griega de Rodas se asocia con un centro de buceo para ofrecer recorridos y inmersiones de biología marina en sus alrededores. Los visitantes aprenden sobre la acuicultura sostenible y nadan con besugos en corrales de red, explorando cómo estas prácticas apoyan la conservación del medio ambiente.
Además de los beneficios económicos, también puede aumentar la conciencia ambiental. A medida que los turistas aprenden sobre la cría sostenible de productos del mar, es más probable que apoyen una producción de alimentos más respetuosa con el medio ambiente en general.
Al comprender cómo contribuye la acuicultura a la seguridad alimentaria, las percepciones públicas podrían cambiar, lo que llevaría a una aceptación más amplia de la acuicultura como una solución a los desafíos alimentarios globales. Y las experiencias positivas de la acuicultura no sólo cambian las percepciones sino que también facilitan que los operadores obtengan el apoyo de la comunidad y alientan un enfoque más responsable de las prácticas agrícolas.
"Sin embargo, es importante que estos esfuerzos sean honestos y realmente centrados en la responsabilidad ambiental y social", dice Mausam Budhathoki, investigador postdoctoral en el Instituto de Acuicultura en la Universidad de Stirling.
Si bien muchos de los beneficios son claros, existen desafíos. Tanto la acuicultura como el turismo pueden dañar el medio ambiente. El turismo puede provocar la alteración del hábitat y la contaminación, mientras que la acuicultura mal gestionada puede afectar la calidad del agua y la biodiversidad marina.
Imagen: El estudio propone un modelo para examinar si la exposición a la acuicultura durante los recorridos marinos fomenta actitudes positivas hacia la integración acuicultura-turismo e influye en la intención de los turistas de consumir alimentos acuáticos cultivados localmente.
Sin embargo, cuando las granjas reciben visitas periódicas como parte de actividades turísticas, como recorridos en barco o visitas guiadas a granjas, existe un mayor incentivo para mantener altos estándares ambientales. No obstante, una planificación y una regulación cuidadosas son esenciales para garantizar que ambos sectores funcionen de manera sostenible sin dañar los ecosistemas.
Otro desafío es el impacto estético de la acuicultura, un problema común en la producción industrial de alimentos. Las piscifactorías inevitablemente alteran los paisajes costeros, pero los operadores pueden elegir soluciones de diseño que equilibren las necesidades de producción con la preservación del paisaje.
"Por último, la competencia por los recursos y el espacio puede generar conflictos entre el turismo y la acuicultura. Las comunidades costeras deben gestionar estas demandas con cuidado para garantizar que ambos sectores puedan prosperar. Esto requiere la colaboración entre los operadores turísticos y los acuicultores para evitar conflictos por la infraestructura y los recursos", afirma el coautor del estudio Dave Little, Profesor de Desarrollo de Recursos Acuáticos también de la Universidad de Stirling.
La exitosa integración de la acuicultura y el turismo en Oban ofrece un modelo que podría ser replicado por comunidades costeras de todo el mundo, pero ciertas barreras, como la lejanía de algunas granjas o los requisitos regulatorios, pueden limitar su viabilidad. Sin embargo, al transformar las granjas piscícolas en atracciones educativas, Oban demuestra cómo las prácticas sostenibles pueden beneficiar a ambos sectores.
Con un enfoque integrado entre los operadores turísticos y las empresas de acuicultura, centrado en la cooperación, la educación y la agricultura responsable, se podría fortalecer la reputación de los productos del mar locales y, en última instancia, ofrecer un modelo sostenible para las comunidades costeras.
El estudio se ha publicado en la revista Sustainability: Mariculture in Natural Environments: Tourists’ Attitudes Towards Aquaculture During Marine Tours in Oban, Scotland