Es el río subterráneo navegable más largo del mundo con más de ocho kilómetros
El río subterráneo de Puerto Princesa es uno de los seis sitios del Patrimonio Mundial de Filipinas y una maravilla natural. Está en la isla de Palawan - la quinta isla más grande del país - pero con una población de menos de un millón de personas. Palawan está cubierta por grandes extensiones de selva virgen y espectaculares montañas. Se siente como el tipo de lugar donde la naturaleza se pierde entre la naturaleza.
El río hace un buen trabajo en ocultarse a sí mismo. Hay una entrada en un acantilado de piedra medio sumergido en un lago de agua salada que se alimenta directamente del océano. Pero esta entrada es la única pista de la existencia del túnel. Y lo que se extiende en la oscuridad realmente es bastante notable.
El río subterráneo de Puerto Princesa es el río subterráneo navegable más largo del mundo. Continúa por más de ocho kilómetros completamente bajo tierra, con formaciones rocosas únicas a lo largo de todo el camino. A veces se divide en dos, a veces con pequeños arroyos disparando en direcciones angulares. La altura del techo varía a medida que se viaja a través de él - un minuto bastante bajo y en el siguiente giro se entra en una gran cámara de más de 60 metros de altura.
¿Cómo visitar el río subterráneo?
Ir a ver el río subterráneo es una historia de tres viajes. En primer lugar, tienes que llegar a la pequeña ciudad de Sabang, a unos 40 kilómetros al norte de la capital de la isla, Puerto Princesa. Desde aquí se tiene que esperar a un barco que te llevará alrededor de la costa a una bahía cercana donde se puede acceder al río. Es posible caminar hasta allí (está a unos 5 kilómetros de distancia), pero las vistas de la costa son impresionantes desde el barco y es para no perdérselo.
Al llegar a la bahía, hay un corto paseo a la entrada del río subterráneo donde se coge una barca para el recorrido por el interior del túnel.
Sólo se puede ir unos 1,5 kilómetros a lo largo del río a pesar de que se extiende por otros seis o siete. Pero no te preocupes, los 45 minutos de ida y vuelta son suficientes para percibir un gran sentido de sus caracteríticas. El joven que rema el barco también es encantador. Con una sonrisa fresca (supongo - porqué está demasiado oscuro para verlo), cuenta un montón de chistes mientras habla acerca de la geología y de los animales. "No abrir la boca cuando usted mira para arriba", advierte. "No va a ser de agua, sino excrementos de murciélagos que caen".
Con una antorcha se iluminan las partes importantes de esta fascinante maravilla natural. Hay estalagmitas que se parecen a personas, extrañas formas que crecen fuera de la pared, la caverna catedral que bien podría ser una iglesia... y los miles de murciélagos que son probablemente sus feligreses.
Este es un viaje en barco que hace feliz - es un lugar único y especial y aunque hay una operación turística muy pulida y omnipresente, sobre todo en estos días, no se puede comparar a lo que ha creado aquí el medio ambiente para nosotros.