No es una medusa, sino un tipo de hidrozoo de la subclase de los sifonóforos
La carabela portuguesa es un organismo muy venenoso, cuya picadura puede provocar fuertes dolores
Los 500 ejemplares de carabela portuguesa (Physalia Physalis) avistados ayer en aguas del Estrecho de Gibraltar se han dispersado sin llegar a las costas de Ceuta o Andalucía informó este pasado miércoles la red de avistamiento de medusas de Ceuta. Las carabelas portuguesas, que son muy venenosas llegaron a estar como máximo, a 700 metros de la costa, por lo que no hubo peligro para los bañistas, según la fuente. Es inusual la presencia de esta especie en la zona, sobre todo en grupos tan numerosos.Se tiene constancia también de que en las costas de Cádiz tampoco se aproximaron a los núcleos de baño y que las corrientes las han arrastrado hacia el mar de Alborán en Almería.
La carabela portuguesa es un organismo muy venenoso, cuya picadura puede provocar fuertes dolores y en algunos casos dificultad respiratoria y paro cardiaco.
En las redes de avistamiento participan fundamentalmente pescadores deportivos y uno de ellos fue herido el lunes por un ejemplar, al recibir una picadura en la mano que le provocó una reacción muy fuerte y acudió a un centro sanitario para ser atendido.
Los ecologistas han calificado de "inusual" el hallazgo de esta especie de medusas en esta zona, sobre todo en aglomeraciones tan numerosas.
Esta especie se mueve fundamentalmente por el régimen de vientos más que por las corrientes y suelen frecuentar la zona del Mediterráneo. En febrero ya se detectó la presencia de un ejemplar de carabela portuguesa en aguas del puerto deportivo de Ceuta.
La carabela portuguesa es una especie pelágica cuyas células urticantes pueden paralizar a un pez grande y afectar seriamente al ser humano. Habita principalmente en aguas cálidas y se mueve impulsada por el viento y las corrientes superficiales.
Aunque su aspecto la asemeja a las medusas, no es una medusa, sino un tipo de hidrozoo de la subclase de los sifonóforos, un organismo colonial cuyos individuos se especializan para mantener viva la colonia.
A diferencia de las medusas, que se mueven debajo del agua, impulsadas por las corrientes, la carabela portuguesa se desplaza sobre la superficie gracias a un flotador relleno de gas que semeja una vela de barco y al que debe su nombre.
Tiene forma de globo azulado y transparente, de entre 20 y 25 centímetros, y posee unos tentáculos de hasta 30 metros de longitud repletos de células urticantes que pueden paralizar a un pez grande y afectar seriamente al ser humano.
El contacto de esos tentáculos con las personas puede producir quemazón, inflamación y fuertes dolores, y en algunos casos -fundamentalmente, individuos alérgicos- dificultad respiratoria e incluso paro cardíaco. Su picadura también puede resultar letal en niños y en personas mayores o debilitadas.
Cuando se detecta la presencia de estos especímenes en la costa, se aconseja no bañarse ni pasear por la zona donde rompe la ola, ya que sus restos en la orilla también pueden herir, estén vivas o muertas.
En caso de picadura, las recomendaciones son retirar los tentáculos adheridos a la piel protegiéndose los dedos, limpiar la zona afectada con agua salada y aplicar algo frío (como una bolsa de hielo). Si se observan problemas respiratorios se debe acudir inmediatamente a un centro hospitalario.
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