El mero goliat no daña las poblaciones de langosta de Florida
Al igual que el bíblico Goliat, cuyo gran tamaño no le protegerá de la honda del pequeño David, el poderoso mero goliat (Epinephelus itajara) demostró no ser rival para los escuálidos humanos.En 1990, después de que la sobrepesca casi extinguió al goliat de las aguas de Florida, los funcionarios del gobierno prohibieron pescar a estos peces de lento crecimiento, que pueden alcanzar 40 años de edad y 450 kilogramos.
Desde entonces el mero goliath ha tenido una recuperación notable, y se ha convertido en una gran atracción para los buceadores deseosos de verlo.
Pescadores deportivos y comerciales, sin embargo, no son tan felices: Dicen que los meros gigantes están acabando con la langosta y el valioso pescado de mesa. Han estado instando a las autoridades a levantar la prohibición y permitir que se "sacrifiquen" algunos con el fin de proteger a las capturas lucrativas.
Pero ese es un argumento discutible, según concluye un estudio de tendencias de las capturas y la dieta del mero goliat que se ha publicado en línea este mes en Oryx.
"La recuperación de la población del mero goliat no es la causa de que estén disminuyendo los peces y las poblaciones de langosta", escribe Sarah Frias-Torres, bióloga marino independiente con sede en Florida. La casi desaparición del depredador hace 2 décadas no se ha traducido en aumentos de las grandes capturas, señala, y su reaparición no ha hecho una diferencia tampoco.
Los estudios sobre la dieta del goliat ayudan a explicar por qué: Come principalmente camarones, cangrejos y peces no comerciales. Y a pesar de que el goliat, come langosta ocasionalmente, también come a los depredadores que se alimentan de las crías de langosta. "Los pescadores de langosta deben estar felices de tener goliats alrededor", argumenta Frias-Torres, "ya que permiten que alcancen el tamaño de mercado más langostas bebé".
Artículo científico: Should the Critically Endangered Goliath grouper Epinephelus itajara be culled in Florida?