Un erizo que sobrevivió a dos ataques muestra la asombrosa resistencia del animal
En el agua helada e inhóspita del archipiélago Svalbard de Noruega, un erizo de mar herido del tamaño de una nuez se tambalea por el fondo marino. Faltan sus preciosas gónadas y la mitad de su caparazón, pero se aferra a la vida durante más de 43 horas. Afortunadamente para los científicos, filmaron al erizo casi muerto, lo que les permitió presenciar, por primera vez en la naturaleza, la asombrosa capacidad de supervivencia de los erizos de mar.
"Fue una observación accidental", dice Max Wisshak, biólogo marino del instituto de investigación Senckenberg am Meer en Alemania. Wisshak y su equipo estaban en una misión al Ártico para estudiar organismos marinos, así como las condiciones del agua, como la temperatura, la acidez y la salinidad. Utilizando un lander personalizado equipado con una cámara, capturaron imágenes del fondo marino en intervalos de 10 minutos durante seis días.
"La serie resultante de cientos de imágenes nos dio la gran oportunidad de estudiar la dinámica y las interacciones de varios animales que viven en el fondo", dice Wisshak. De estos, los erizos de mar del género Strongylocentrotus fueron bastante comunes. Pero no fue hasta que Wisshak comenzó a analizar sus movimientos con un software de seguimiento de movimiento que vio al erizo gravemente herido.
Vídeo: Este vídeo de lapso de tiempo muestra a un erizo herido, abajo a la derecha, y a un erizo herido, arriba a la izquierda, moviéndose a lo largo del fondo marino cerca de Svalbard, Noruega. Vídeo de Max Wisshak
Cuando el erizo apareció ante la cámara, ya le faltaba la mitad superior de su esqueleto calcificado, llamado osículo, y algunos de sus órganos. Los investigadores creen que el erizo puede haber perdido estos por un pez o crustáceo, depredadores que rompen el esqueleto para llegar al tejido blando en su interior.
Como si eso no fuera suficiente para el pobre erizo, las imágenes mostraron que un gran cangrejo araña atacaba al erizo con sus pinzas, mordiendo parte de sus intestinos y exponiendo completamente su aparato de mandíbula o la linterna de Aristóteles. Sin embargo, de alguna manera el erizo logró escapar.
Los erizos de mar tienen un sistema nervioso descentralizado bastante primitivo en lugar de un cerebro, dice Wisshak. Afortunadamente, estaba intacto lo suficiente del sistema nervioso del erizo cuando el cangrejo atacó, lo que le permitió escapar.
Esta serie de eventos demuestra la notable capacidad de recuperación del sistema nervioso de los erizos de mar frente a lesiones traumáticas graves, dice Andrea Bodnar, directora científica del Instituto de Genómica Marina de Gloucester en Massachusetts. La capacidad del sistema nervioso para funcionar mientras está dañado probablemente sea esencial para que los erizos reparen sus heridas y sobrevivan, dice Bodnar, quien no participó en la investigación.
Estudios anteriores han demostrado que los erizos de mar pueden tapar rápidamente las heridas esqueléticas con células de coagulación y regenerar su caparazón en cuestión de semanas.
Entonces, ¿qué pasó con el erizo de mar en cuestión? Aunque parecía haberse ralentizado hacia el final del despliegue del lander, el erizo todavía estaba pateando cuando fue fotografiado por última vez, dice Wisshak.
Por lo que sabemos, el indomable erizo vivió para ver otro día.
