Los satélites en el Día Mundial de los Océanos
Esta imagen de satélite, adquirida por el satélite Landsat-8 el 23 de agosto de 2013, nos lleva a la costa este de Australia, donde las corrientes arremolinan el agua alrededor de los corales.
La Gran Barrera de Coral es el sistema de arrecifes de coral más grande del mundo, cubriendo más de 344.000 kilómetros cuadrados. La diversidad de vida del arrecife se enfrenta a numerosas amenazas como el cambio climático, la contaminación, la pesca y la depredación de los brotes de coral por la estrella de mar corona de espinas.
Desde su punto de vista a unos 800 km de altura de vista, los satélites ofrecen medios para monitorear la salud los arrecifes en todo el mundo - así como otros parámetros que indican el estado general de salud de los océanos. Imágenes ópticas de satélite, al igual que la que vemos aquí, pueden ser usada para monitorear el color del océano y detectar dañinas floraciones de fitoplancton. También pueden ayudar a mapear el fondo del mar a poca profundidad.
Los satélites de radar, como la misión Sentinel-1, pueden seguir los derrames de petróleo y otros contaminantes, y detectar vientos y olas para determinar la dirección en que estos contaminantes se están moviendo. Al igual que los termómetros, en el cielo otros instrumentos colocados en los satélites pueden medir la temperatura de la superficie del mar. Radiómetros - como el que va a bordo del satélite SMOS - son capaces de medir la salinidad de los océanos. Los altímetros se utilizan para medir los cambios del nivel del mar, así como proporcionar información para ayudar a mapear el fondo del océano.