Patri Friedman propone un archipiélago de países
Los habitantes de cada isla-nación eligirían su propia forma de vida y a sus representantes
Patri Friedman es un anarcoliberal harto de un Gobierno cada vez más invasor de las libertades individuales y un realista que sabe que no se puede cambiar el funcionamiento de la democracia desde dentro del sistema. Patri no tira la toalla y cree tener la solución: un país nuevo sobre el mar, en una isla; en definitiva, ir hacia una nueva frontera, como fueron los pioneros del Oeste. Su sueño sería un archipiélago de países donde los gobiernos competirían por los habitantes. Así, el Estado más ineficaz podría desaparecer porque nadie querría vivir en él.Patri es nieto de Milton Friedman, premio Nobel de Economía, gurú de la Escuela de Chicago y hoy uno de los supuestos demonios inspiradores de los neocom, culpables de la recesión económica que vivimos. El abuelo Friedman, fallecido en 2006, es uno de los más famosos apóstoles del libre mercado y su nieto es un digno seguidor que cree que los ciudadanos sufrimos por la falta de competencia entre los países. Cambiarnos de Estado no es tan fácil como hacerlo de operador de móvil, y él pretende que sí lo sea. Se acabarían de ese modo los cheques en blanco de los ciudadanos a sus representantes para toda una legislatura. Si el Gobierno de la isla promueve una ley que no convence un lunes, el martes los opositores se pueden haber mudado a otra.